lunes, 7 de mayo de 2012

Hotel Ruwnda.

Hotel Rwanda ha sido una película que me ha hecho reflexionar sobre las diferencias que pueden llegar a existir entre mi vida y la de una persona que viva en un país totalmente diferente al mio. Y es que sí, las películas gran parte de las veces están basadas en hechos reales, pero en este caso es duro pensar que no es que esté simplemente basada en hechos, sino que bien podría ser la grabación de lo que día a día sucede en lugares con conflictos.
Se ve muy lejano a nosotros lo que hemos estado viendo en esta película, y quizás hasta que no te paras a pensar realmente en ello no eres consciente de lo que muchos estarán pasando mientras yo estoy escribiendo una simple opinión de una película en la que de un modo u otro me han intentado contar las situaciones a las que tienen que enfrentarse, pero como digo, es eso... Tan solo han intentado contármelo.Para entenderlo, claramente hay que pasar por ello.

He de decir que ha sido una película con muchos momentos duros, entre ellos, y el que más me ha impresionado a mi es cuando Paul y su acompañante creen haberse salido de la carretera al sentir que no conducen por una superficie plana y al abrir la puerta se encuentran con cientos de cuerpos tutsis tirados en el suelo asesinados por los hutus, y ni siquiera saben si alguno de esas personas no serán familiares, amigos o gente cercana a ellos.

También, y aunque en la película no hay demasiados, hay algún que otro momento bonito, o al menos algo bueno que he conseguido sacar de entre todo el ambiente de miedo y violencia que hay durante toda la película. Y es que me ha parecido una gran muestra la que el gerente del hotel y hutu, Paul, hace con todas las personas tutsis que acoge en su hotel, aún sabiendo que si le descubren pueden matarlo a él también.

Personalmente, aunque generalmente ha sido dura de ver y de entender, me ha gustado. Pienso que es algo que a quién más o a quién menos, nos ha hecho darnos cuenta de que no tenemos ni un solo motivo por el que quejarnos, que ellos, aún estando en la situación en la que se encontraban, más de una vez han sonreído, y mientras oían desde sus habitaciones el sonido de los tiros que probablemente estuviesen acabando con la vida de personas que ellos conocían, estaban jugando a las cartas intentando evadirse por un rato de la realidad.


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